En este trabajo abordamos las representaciones/interpretaciones que los hinchas y los medios gráficos locales proponen en torno al denominado “clásico del norte” del fútbol argentino. Cada enfrentamiento entre equipos “jujeños” y “salteños” involucra una “masa textual” que pone en discusión aspectos más amplios que los de una disputa futbolística. Desde la justificación de la violencia policial hasta el racismo y la discriminación, toda una variedad de discursos se entremezclan en los cantos de los hinchas y en las crónicas periodísticas. Analizar estas prácticas discursivas permite iluminar una serie de tensiones que involucran cuestiones irresueltas al interior de la nación y en la relación entre los habitantes de las provincias norteñas.
Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales (Universidad Nacional de Jujuy)
Ramón Burgos
“La palabra ‘clásico’ tiene muchas definiciones. Se dice que son partidos aparte, que no interesa como llega uno y otro equipo, que el que gana se afirma en confianza y el que pierde deambula un par de fechas sin motivación por el torneo. Lo cierto es que, más allá de la diversidad de adjetivos que le caben a este tipo de encuentros, se sabe que un clásico es un compendio de emociones, externas e internas, y que jugarlo no es para cualquiera. La tribuna exige ‘huevos’, los técnicos piden entrega y gotas de fútbol, los directivos quieren ganarlo como sea y los jugadores se matan en cada práctica para estar el domingo”. El Tribuno de Salta, 4/11/02.
En este trabajo, abordo las representaciones/interpretaciones que los hinchas y los medios proponen en torno al denominado “clásico del norte” del fútbol argentino.
En el campo social existe, como sabemos, una lucha permanente por categorizar el mundo, de manera que comenzaré con algunas aclaraciones sobre cómo se define en el corpus seleccionado esta confrontación deportiva entre el Club Atlético Gimnasia y Esgrima de Jujuy y Juventud Antoniana de Salta, “un clásico de larga data, cargado de historia, siempre vigente y acorde a las circunstancias” (El Tribuno de Jujuy, 20/10/01).
En primer lugar, y más allá de los rivales deportivos en cuestión, cualquier competencia futbolística entre equipos de las provincias de Salta y Jujuy, constituye -en el discurso periodístico- una recreación del clásico del norte “por la simple rivalidad que se genera en el fútbol con equipos vecinos” (Pregón, 10/10/00), y “debido a la tradicional rivalidad entre jujeños y salteños” (Pregón, 11/3/01). En este caso se trabaja sobre un evento particular, pero aclarando que la denominación es extensiva hacia otros equipos y partidos3.
Sin embargo se puede destacar a este partido entre Gimnasia y Esgrima de Jujuy y Juventud Antoniana de Salta como uno de los más representativos del norte del país debido a la envergadura de los equipos, a la trayectoria de ambos dentro del fútbol argentino y a la adhesión que generan dichos encuentros4.
Cada enfrentamiento futbolístico entre equipos “jujeños” y “salteños” presenta una “masa textual” que pone en discusión aspectos más amplios que los de una disputa futbolística (Alabarces, P. y Rodríguez, M. G., 1996: 173). Al indagar en los discursos que se generan en torno al fútbol, se pueden observar fenómenos relevantes de estas sociedades que sobrepasan el ámbito deportivo y se mezclan con aspectos centrales de la vida social. Desde la justificación de la violencia policial5 hasta la xenofobia6 y la discriminación local7, toda una variedad de expresiones se entremezclan en los cantos de los hinchas y en las crónicas periodísticas. Poner en evidencia estas prácticas permite entender cómo se legitiman discursivamente usos que nos remiten a conflictos abiertos, en torno de temáticas que desbordan lo futbolístico, como puede serlo la de la integración de la nación por habitantes de las provincias periféricas, ya sea en su relación con la capital como en su contacto mutuo.
En los estadios de fútbol, los hinchas se manifiestan -principal, pero no exclusivamente- a través de sus canciones. A partir de esta modalidad de discurso colectivo los hinchas interpretan la realidad social, no sólo en lo deportivo sino también en las fases políticas y económicas dentro de un determinado proceso histórico. Este trabajo se interesa en el análisis de esta “voz colectiva”, mediante las representaciones que los hinchas expresan en esas canciones. Siguiendo a Magariños de Morentín, considero que lo social no proviene de un determinado ámbito de emergencia de un fenómeno, sino de determinada operación que lo genera, en cuanto modo de aparición y de apariencia. Lo social incluye la representación/interpretación actual o histórica vigente en una comunidad, de algún fenómeno, que puede ser natural o cultural. Esto significa que algo es social solamente cuando un colectivo brinda interpretación(es) de cualquier fenómeno.
Por otra parte, en sociedades complejas como las nuestras, las estrategias de los medios masivos como intermediarios y co-constructores del espacio público juegan un papel importante, especialmente en cuanto a lo que podríamos denominar el “establecimiento de agenda” (Mc Combs, M., 1997).
Con relación al establecimiento de agenda, el último clásico marcó un punto creciente en relación a la preparación del ambiente. Desde los medios periodísticos se hacía referencia a este encuentro como “el partido más esperado del torneo” (El Tribuno de Salta, 4/11/02), vinculado seguramente a que los “dos equipos que supieron de momentos de esplendor, (...) ahora están tratando de recuperar posiciones” (Pregón, 10/11/02) y el resultado de este partido les posibilitaría “salvar el año”.
Como señala Van Dijk, “los medios de comunicación no solamente delimitan las fronteras sino que también aportan el material de construcción para el consenso público, y de este modo fijan las condiciones de establecimiento y mantenimiento de una hegemonía ideológica” (1997: 70). Es por eso que contrasto a los discursos de las hinchadas las representaciones8 que construyeron en sus crónicas periodísticas los diarios Pregón (Jujuy) y Tribuno (Salta), entendiendo que ofrecen una parte de los sentidos que circulan en las sociedades jujeña y salteña, respectivamente.
El corpus del trabajo 9 incluye, entonces, los discursos sociales mediante los que, por un lado, los hinchas de Gimnasia y Esgrima de Jujuy y Juventud Antoniana de Salta, y por el otro, las crónicas de los diarios Pregón y Tribuno, representan/interpretan los fenómenos relacionados con el “clásico del norte”.
Mediante la contrastación de cantos de hinchada y crónicas periodísticas, intento explicar cómo se significan los fenómenos relacionados con el “clásico del norte”, teniendo en cuenta su contexto espacio temporal. Según la perspectiva de la semiótica desarrollada por Magariños de Morentín, la forma de acceso al conocimiento de los fenómenos sociales se da siempre a través de los discursos: "la materia prima de los fenómenos sociales consiste en las distintas semiosis (la más evidente es el habla) que los interpretan" (1998). Entiendo a los discursos en forma amplia, de manera que se incluye tanto al habla como a las imágenes, comportamientos y sonidos puestos en juego. Todas estas maneras de interpretación son las que -según esta perspectiva- hacen social a un fenómeno.
Los discursos analizados permiten notar el papel central que el fútbol asume (y a la vez le es otorgado) en los procesos de identificación que los habitantes realizan con la ciudad o la región en la que viven. La representación del equipo se extiende -en este caso- hacia la provincia, constituyéndose como un elemento de identificación provincial. Como sostiene Gastón Gil, “el deporte otorga un sentido de pertenencia territorial relevante para el interior de la Argentina” (1998: 175) 10.
Entonces, cuando hablamos de Gimnasia y Esgrima y Juventud Antoniana, “hablamos de representaciones sociales diferentes que entran en conflicto” (Levatti, A., 1998: 158). Gimnasia y Esgrima es el representante hegemónico de Jujuy en el fútbol argentino11. En este sentido podríamos decir que su trayectoria futbolística lo avala. Por su parte, Juventud Antoniana es en este momento el representante más importante de Salta. El fenómeno de la representatividad no implica que sean los más populares, sino que una serie de operaciones los presentan como representativos y empieza a gestarse su construcción como referente identitario. En el caso de Gimnasia, en cambio, el proceso de sedimentación de la idea de su papel en la construcción del imaginario jujeño parecería más asentado (Burgos, R., 2002).
La confrontación entre estos dos equipos, construida y alimentada históricamente, tiene un lugar destacado en los medios de comunicación regionales que hablan, justamente, desde una cultura de la rivalidad (Levatti, A., 1998: 162).
De esta manera, el clásico del norte significa “muchas cosas” para “la gente, [para] nosotros [los jugadores] y nuestras familias”, en donde lo que se pone en juego es “el orgullo de dos provincias” 12.
Así el fútbol irrumpe en la vida cotidiana y deja sus huellas en forma permanente. Es de esta manera que el fútbol se constituye en “una arena simbólica” (Archetti, E., 1999) para el establecimiento de la lucha por significar, y también en herramienta y estrategia pública de actualización del imaginario. En el caso que analizo, el clásico interprovincial refuerza la identificación por oposición, en tanto “el enfrentamiento sirve para reforzar la identificación como grupo, es decir que el sentimiento de ‘nosotros’ como grupo, como unidad, se refuerza ante la presencia de otro grupo percibido como ‘ellos’” (Elías, N. y Dunning, E., 1992: 268).
Y es en esta oposición que se actualizan rencores históricos (que tienen que ver con cuestiones políticas y económicas) pero también orgullos y rivalidades más “cotidianas”. En este sentido, El Tribuno señala que “el [hincha] antoniano fielmente interpreta, que el honor es otra parte que tiene mucho que ver en esto de la rivalidad salto-jujeña” (El Tribuno de Salta, 11/3/01).
Asimismo, se reactualiza lo ya analizado (Burgos, R., 2002) a partir de los conceptos propuestos por Belli y Slavutsky, en tanto cómo, dentro de los tres tipos de acercamiento a la identidad jujeña que estos autores proponen13, se privilegia el enfrentamiento regional como un rasgo importante en las práctica de identificación local a partir de marcar claras diferencias, “que suelen tomar las formas de oposiciones”. Según Belli y Slavutsky “la vida cotidiana de la ciudad muestra un señalado interés por marcar esta distinción” (1994: 120), y las canciones de los hinchas y las crónicas periodísticas no quedan fuera de él. Puede considerarse que lo discursivo juega un papel central en esta confrontación, tal como lo demuestran las canciones de los hinchas y las crónicas periodísticas”.
Caracterización de los discursos
Entrando en una primera caracterización podemos decir que los discursos analizados pueden sistematizarse a partir de algunos ejes que comento a continuación.
Hay un tratamiento ambivalente de la violencia, pese al intento normativo vivido durante el último clásico en el cual se pregonaba que sería “distinto, en la cancha y en las tribunas” (El Tribuno de Salta, 4/11/02). Con relación a esta cuestión, toda la semana previa al partido se habló de “la fiesta del fútbol que todos queremos vivir” y se insistió en que “de una vez por todas, jujeños y salteños trasladen ese ‘duelo’ a las tribunas (...), pero todo dentro de (...) una verdadera fiesta deportiva” (Pregón, 10/11/02).
Desde Pregón se repetía que “es hora que tanto Jujuy como Salta dejen de ser noticia en los medios nacionales por hechos ajenos al deporte, es hora que desde el pórtico norte de nuestro país se de el ejemplo de corrección” (Pregón, 10/11/02).
Sin embargo, a partir de formas tristemente conocidas en el país, Pregón alertaba que “podrán estar presente los inadaptados de siempre que buscan en el menor detalle la oportunidad de crear el caos y los disturbios” y pregonaba que “los que vayan a la cancha, esperando gozar de un espectáculo (...) deberán colaborar para erradicar a quienes ensuciar la fiesta” (Pregón, 10/11/02).
En este contexto, por un lado se produce la justificación o la “vista gorda” cuando quienes sufren la violencia son los “otros”. En caso contrario se la denuncia y condena.
En ese recorrido discursivo se estigmatiza al otro como el que genera los hechos de violencia. De esta forma se sostiene, por ejemplo, que “la represión policial nació debido al ataque de algunos inadaptados” 14 y que la “gente de Jujuy se portó bien y se contuvo para no responder” 15.
El tipo de tratamiento considerado en el punto anterior nos lleva a atender a la construcción de los actores del conflicto. Este tipo de tratamiento de la violencia conduce a legitimar mecanismos de represión amparándose en la confrontación regional. Paradójicamente (o no tanto) en los episodios de violencia analizados en el corpus, los protagonistas no son nunca miembros de ambas hinchadas sino los de alguna de estas con la Policía provincial (jujeña o salteña) 16.
Los actores de la oposición se construyen de tal manera que, por ejemplo, y pese a las expresiones ¿aclaratorias? que el ex Jefe de la Policía de la Provincia de Jujuy, Horacio Gentiluomo, realizó en su momento afirmando que "no tenemos animosidad en contra de los salteños, ese es su parecer" (Pregón, 13/3/01), el diario El Tribuno (Salta) respondiera que “quedó demostrado que existe predisposición en contra de los hinchas de nuestra provincia” 17.
La confrontación, por su parte, se traslada a los representantes de los clubes, que se consideran las voces que deberían pedir disculpas o bien defender a sus simpatizantes. Se reafirma, así, desde la prensa gráfica, el lazo de representación entre los dirigentes y sus bases.
Con motivo de la represión sufrida por los hinchas de Juventud Antoniana en el último clásico jugado en Jujuy, el Presidente del Club afirmó que “la policía de Jujuy tiene el gatillo fácil. [Todas] las veces que venimos a Jujuy pasa lo mismo, y nuestra hinchada se tiene que volver envuelta en gases o balazos de gomas en sus cuerpos"18.
Otro directivo del club salteño afirmó que pese a las conversaciones previas con la Policía de Jujuy "quedó demostrado que, cuando le toca actuar, lo hace de un manera apresurada, tirando gases y balazos de goma sin sentido. No sé realmente que pensar, si esta gente por ahí actúa con saña por el hecho de tratarse de salteños, o porque no están preparados para llevar el uniforme"19.
Unida a esta justificación, aparecen las declaraciones del presidente del Club Gimnasia y Esgrima de Jujuy, Raúl Ulloa, con relación a la represión policial sobre hinchas del club Juventud Antoniana de Salta.
Luego de producirse la represión en uno de los encuentros analizados, se promueve una disputa periodística sobre si Ulloa había pedido perdón al “pueblo salteño”. El dirigente del club jujeño convocó a una conferencia de prensa para “desmentir” tales “acusaciones”. Queda pendiente profundizar sobre las concepciones que aparecen en estos cruces de declaraciones.
Por último, el corpus analizado reactualiza la construcción de una mirada fuertemente xenofóbica. Es así como este tipo de mirada está fuertemente presente en los cantos -de ambas hinchadas- y en las banderas -principalmente de los equipos de Salta-, vinculándose con contenidos ideológicos que están presentes en nuestra sociedad. Como sostiene Lelia Gándara estas posturas, que en otros ámbitos no podrían expresarse sin enfrentar la crítica y el repudio, encuentran en los cantos de cancha alguna forma de legitimación que les permite salir a la superficie (1999).
En definitiva creo que a través del recorrido mediático, expresado por dos diarios locales, y experiencial, el que proviene de los cantos de las hinchadas en conflicto, del “clásico del norte”, jujeños y salteños pudieron hacer explícitos rasgos centrales de una realidad difícil y compleja. El fútbol se constituye, así, como un espacio que le permite a sectores de la sociedad jujeña y salteña, la unificación de ese imaginario que es la comunidad, adquiriendo sentido y referencialidad, para lograr la percepción diferencial de algunos aspectos, remitiendo a una rivalidad que excede claramente el marco deportivo y que tiene sus antecedentes en aspectos históricos, políticos, económicos, que preceden a la competencia deportiva y fortalecen esta tradición.