07 febrero 2016

Que me van a hablar de amor

Si Juventud no lo es todo, es porque tengo familia y algunos amigos que no son del palo del fútbol, pero hay tipos que buscan que no seas mi vida, que quieren terminar con la fiesta, esa que desde siempre me enamoro. 
Que los trapos no pasen, porque se esconden detrás de ellos, que los bombos son objetos contundentes, que hinchas de Juventud a la cancha de Gimnasia no van más por esos malditos vecinos aristocráticos que no se bancan un simple borracho en su vereda.
Y por esos malditos dirigentes que no hacen nada, que nunca van a defender al socio, y menos a esos hinchas que juntan cada moneda para comprar su entrada cada día más cara, pero como verte no tiene precio, voy a seguir puteando, y voy a seguir estando.
Y hoy, que no podés estar, vas estar igual, de alguna forma vas a estar, mezclado entre esos pocos hinchas locales que ni una tribuna pueden llenar, escuchando la radio en tu casa o con tus amigos de siempre en algún rincón de la ciudad, esperando el gol utópico, y que el grito de "dale saaan" se escuche desde la cima del cerro hasta el más lejanos de los pueblos salteños.