23 agosto 2010

Papá por siempre

Volvió a jugarse el clásico luego de 3 años, 5 meses y 3 días y nada cambio, el Santo ganó adentro y afuera de la cancha. En las tribunas fue goleada desde el recibimiento que erizo la piel de propios y dejo boquiabierto a extraños hasta el delirio luego del gol de Rinaudo. Adentro se ganó de la manera que más se disfruta, luego de un partido en el que se sufrió, se logró un agónico triunfo en el último segundo y con un jugador menos. VOLVIO EL CLASICO… VOLVIO PAPÁ

Primer tiempo: Si bien el partido fue parejo, el Santo fue levemente superior en la primera etapa. El penal errado por Medina parecía que iba a derrumbar anímicamente a Juventud, pero la garra de los jugadores y el aliento desde la tribuna hicieron que el equipo siga buscando el primer gol del partido. Centro al corazón del área, Caracoche descarga de taco con Hechalar y este con un hermoso zurdazo la clava al ángulo a la redonda para el primer gol de la tarde.
Segundo tiempo: El tempranero empate de central fue un duro golpe para Juventud, luego llegaría la expulsión de Loeschbor y el panorama parecía complicarse. La enorme tarea de Bertoya en el arco antoniano y el compromiso colectivo de todos los jugadores que defendieron cada pelota como si fuera la última permitió que el cuervo no se ponga en ventaja y fue ahí donde aprovecho Juventud para no achicarse. Antonelli la peleo, como toda la tarde, y ganó una pelota que parecía perdida en el área azabache, tiro el centro y Rinaudo en su segundo intento sentencio el partido y desato el delirio en le tribuna sur.
El equipo y los cambios: Ver: 15... hijo (Click aquí)
La figura: Daniel Bertoya tuvo una tarde soñada, sus atajadas fueron claves para resistir los embates cuervos cuando Juventud se quedo con uno menos.
La hinchada: Desde el recibimiento hasta varios minutos después de terminado el partido fue fiesta, descontrol, alegría, algarabía y toda la pasión de los hinchas a disposición del equipo. En la cancha fue 2 a 1, en el duelo de hinchadas fue goleada.