21 agosto 2010

Gran expectativa

Hoy comenzó la venta de entradas a gran ritmo, la expectativa de volver a ver al Santo jugar por los puntos luego de más de tres meses es mayúscula. Volver a revivir el clásico ante central luego de cuatro años genera una ansiedad pocas veces vivida. Todo este sentimiento ya se empezó a vivir en los alrededores del Santuario. En leer más como vive un hincha a la distancia la previa del clásico.
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Una cita con nuestro Gran Amor (Por Sebastián Rodriguez - Santos de Córdoba)
Corrieron los meses, semanas, días. Atrás queda esa triste imagen de un Juventud eliminado del pentagonal final del torneo argentino A. De y para los gustosos del fútbol, sabemos que este deporte siempre te da revancha; este campeonato no será la excepción. El trabajo en el crudo invierno de Salta, nuestra Salta, la Linda, aquella tierra de añoranzas, cuna de grandes poetas y cantores, marcó el inició de este camino, largo por cierto, lleno de obstáculos y contratiempos que deberán ser superados de la mejor manera si es que se aspira a conseguir el tan ansiado ascenso. Se destaca por supuesto la apuesta fuerte a un nuevo cuerpo técnico, comando por Pedro Damián Monzón, aquel recordado ex defensor de Independiente y la Selección Nacional en la copa del mundo de Italia en 1990, y escoltado nada más ni nada menos que por José Luis Campi, ex arquero que a fuerzas de atajadas y entrega se ganó un lugar en el corazón del hincha antoniano.
Con el objetivo del ascenso a la primera B nacional como bandera, se fue conformando un plantel rico en nombres y experiencia. Plantel que el próximo domingo enfrentará a otro par salteño, Central Norte, recientemente ascendido a la categoría. Nuevos jugadores con una buena trayectoria por el fútbol argentino y extranjero, jugadores que sobrevivieron de la temporada pasada a raíz de buenas actuaciones y predisposición para el trabajo y los pibes del semillero, son la esperanza y entusiasmo del pueblo antoniano; de ellos depende la realización de un sueño que se puso en marcha hace un par de meses atrás; sueño que se intensifica a medida que corre el tiempo y que desvela a punto tal de ya contar las horas por el ansiado encuentro. Así, se espera el tan anhelado debut; así palpita todo antoniano, no solo en Salta, sino alrededor de toda la Argentina y, por qué no, del mundo.
No es para menos tal entusiasmo; el domingo toda Salta se paralizará. Un clásico añejo entre Santos y cuervos, añejo por donde se lo mire; desde sus enfrentamientos por torneos oficiales hasta un historial que marca una exacta tendencia y confirmación, asegurando que el más grande fue, es y seguirá siendo el Centro Juventud Antoniana. Es tal la expectativa que hasta no vemos las horas y no sabemos más que pensar en la alegría por reencontrarnos con nuestro amor. Amor incomparable, incondicional, el único amor verdadero y sincero, aquel que no te falla, aquel que te da las mejores alegrías y las mejores tristezas; porque así vive un antoniano de ley, disfrutando al máximo cada triunfo y sufriendo al extremo ante cada revés. Sería utópico hablar de lógica; hoy solo faltan dos días para ese reencuentro y ya imaginamos cómo será el recibimiento, donde cada papelito que nos toque, será como una caricia que eriza la piel, donde cada palabra de un "Santo, mi buen amigo, esta campaña volveremos a estar contigo..." será pronunciada tan fuerte y al compás del bombo y redoblante, que llegará hasta el corazón de los once jugadores que defenderán la azul, marrón y blanca. Porque eso ansiamos, que esos once jugadores, mejor dicho, todo el cuerpo, tanto técnico, jugadores y dirigencial, peleen por un sueño que se nos viene postergando desde hace tiempo. El aliento, en cada corazón del hincha Santo, aquel que vive día a día la realidad de una razón de vida, está asegurado; apoyo constante, como siempre, en las buenas y en las malas. Así esperamos este partido; utópico sería describir los detalles, porque escapa a la lógica, escapa hasta a la misma razón.
Y así como el corazón tiene razones que la razón misma no entiende, la distancia para este inicio de campeonato, no es motivo de olvido. El corazón manda, el corazón de tantos hinchas antonianos dispersos, siempre vuelve a un mismo lugar, Salta, al Santuario, el domingo, al Martearena. Simplemente, la distancia no existirá ese día; como siempre, la distancia no es una barrera para este inmenso amor; prendidos a la radio, compartiendo cada momento al lado de otro antoniano o en soledad, sentiremos en nuestras pieles los papelitos que inundarán al estadio, sufriremos en la misma medida que el hincha presente en el Martearena, cantaremos, saltaremos y vibraremos al compás de la hinchada...ojalá también festejemos en igual medida, los goles, la victoria, la entrega...Hoy diría que son tan afortunados los que el domingo tienen esa posibilidad de presenciar el clásico, que hasta llegaría a envidiarlos de la manera más sana y solo atinaría a decirles un par de cosas: reciban al equipo como se merece, alienten a los jugadores y por sobre todas las cosas, disfruten del fútbol y de su folclore, sin violencia. Porque un clásico Salteño debe estar a la medida de cualquier otro clásico de la Argentina, dando el ejemplo directo a aquella autoridad de elite que le hace ojos ciegos al fútbol del interior; interior que vive en igual medida a Buenos Aires y Rosario, la pasión por el fútbol, que como puede costea los gastos en largos viajes y pregona por un fútbol sin manchas. Que este domingo, la fiesta sea del Santo...pero por sobre todas las cosas, que la fiesta sea de toda Salta...el fútbol siempre te da revancha. Empieza una nueva temporada, se renueva la ilusión... ¡decime si no es lindo disfrutar del fútbol y más que nada ser del Santo...! ¿Qué más se puede pedir? Solo que los jugadores lleven el sentimiento adentro, como lo lleva cada antoniano de ley.